Gran parte de nuestras limitaciones están en nosotros mismos, en las conversaciones o pensamientos que tenemos acerca de la realidad. Si somos capaces de cambiar esas interpretaciones por otras encontraremos acciones diferentes que nos permitan modificar lo que antes nos parecía complicado o, incluso, insalvable. Es la base del coaching, según Eva Colás, directora de la Escuela de Coaching Good Family, en Madrid.
El coach no ofrece soluciones, sino que formula preguntas para que las personas encuentren sus propias respuestas y de esa forma se cuestione lo que hasta ese momento daba por sentado como única posibilidad.
Buscamos soluciones que permitan a las empresas conectar con la gente. Soluciones de las que, encima, podamos sentirnos orgullosos.
Ese es el mantra. Cosas que funcionan.